Normalmente comentamos temas de interés general y con un sesgo jurídico de opinión sobre los acontecimientos de la vida diaria en este gran País lleno de folklor y gente que trata de llevar una vida cotidiana enfocada a resolver sus propios problemas y necesidades.
Sin embargo, en ocasiones es imposible sustraerse de aquellos sucesos y situaciones que trascienden de lo privado y cotidiano para convertirse en hechos públicos de interés general, originados por las decisiones políticas con trascendencia legal para muchos.
En la actualidad nos aquejan innumerables problemas derivados de la contingencia sanitaria que el mundo entero está padeciendo, pero no por ello los gobiernos dejarán su trabajo y de tomar decisiones en el campo de la política y el ejercicio de sus atribuciones, como es el caso de nuestro actual sistema político.
A diario vemos, leemos y escuchamos a través de la vox-populi, los relatos de situaciones que necesariamente están relacionados con personas que de una u otra forma son conocidos por la mayoría de los ciudadanos, lo que levanta la necesidad de comentar, opinar o simplemente de morbo para saber en que termina tal o cual historia que involucra a cualquier personaje de distintos ámbitos, como el social, político, empresarial o artístico.
En el plan serio e importante con trascendencia para todos y cada uno de los mexicanos también existen acontecimientos derivados de la toma de decisiones políticas que como es bien sabido, siempre tendrán sus sectores de aprobación o escarnio, como sucede en estos días, en los que podemos mencionar algunos sucesos, como el caso del proceso electoral que se está llevando a cabo en los Estados Unidos de Norteamérica, para elegir Presidente de esa Nación, lo que ha levantado altas expectativas y polémicas.
Derivado de ese ejercicio democrático Americano, surgen teorías, opiniones, tesis, polémicas, estudios y todo aquello que representa la expresión natural del ser humano, siempre tratando de hacer prevalecer su idea o pensamiento individual, pero el caso es que a través de los medios de comunicación y las redes sociales se siembra el encono y la intención de imponer ideas que llevan necesariamente al conflicto y confrontación.
Nuestro actual Gobierno no se ha visto alejado de esa ínfula política derivada de las elecciones en proceso, llevadas a cabo en el país vecino y por cierto, de mucha influencia sobre el nuestro, lo que origina una serie de toma de decisiones en el campo político estratégico y comercial, que en ocasiones pasan inadvertidas o simplemente no se les da la importancia y la publicidad necesaria, para que los ciudadanos comunes no involucrados en actividades administrativas, financieras o de ejercicio de alguna función como autoridad, conozcan sus consecuencias.
Existen muchos casos de suma importancia que actualmente vienen sucediendo como, el referente a las reformas a distintos ordenamientos legales, derivados de la Constitución Federal, que dan facultades a las Fuerzas Armadas de nuestro País; Las descalificaciones por parte del titular del ejecutivo a los Gobernadores que han expresado su oposición a las posturas económicas que éste ha tomado, aparentemente causando perjuicio a algunas Entidades Federativas; El nombramiento de titular de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana a nivel Federal; El desarrollo sistemático de comparecencias públicas del titular del Ejecutivo Federal, llamadas “mañaneras”, que no agradan ni gustan a muchos por su sentido de expresión de críticas, opiniones y acusaciones sin fundamento legal hacia aquellos que no expresan una caravana y aceptación a las ideas -impositivas-; entre otros muchos temas que buscan distraer a la comunidad y no atiendan los verdaderos acontecimientos negativos para la mayoría.
Entre la gran lista de acontecimientos y hechos relacionados con la política gubernamental, podemos mencionar otro de gran relevancia que a la postre traerá levantamiento de opiniones opositoras, como es el caso del Decreto suscrito por el Presidente de la República, el pasado día cinco de noviembre, mediante el cual expresó que él donará en un cien por ciento su aguinaldo como funcionario público, y ordena que a los funcionarios de nivel medio, como jefe de oficina para arriba, dejarán de percibir por ese concepto, los cuarenta días que se acostumbraban y solo percibirán el equivalente en dinero a veinte días de salario, con la pretendida justificación de que las cantidades de recursos económicos que se ahorrarán serán destinados a los fondos para combatir la pandemia, ¿será cierto?.
Otro tema no menos importante y creo que de mucho peligro, es el hecho de que a través del decreto publicado en el Diario Oficial de la Federación, del 11 de mayo de 2020, mediante el cual publica el acuerdo, por el que se dispone que la Fuerza Armada permanente llevará a cabo tareas de seguridad pública de manera extraordinaria, regulada, fiscalizada, subordinada y complementaria con la Guardia Nacional, por un periodo de cinco años, contados a partir de que ésta fue creada, en marzo de 2019.
Posteriormente, mediante decreto publicado el 25 de agosto del presente año, se adicionan las facultades a la “GUARDIA NACIONAL”, se le da la función de -Autoridad de Supervisión de Medidas Cautelares y de Suspensión Condicional de Proceso-, lo que incluye la potestad de entrevistar a víctimas o testigos del delito, visitas al imputado entre otras, que de acuerdo a la legislación penal, corresponden solamente a la Autoridad Judicial, quien impone las penas y medias de seguridad, así como las medidas cautelares para aquellos que de alguna forma no deban estar privados de su libertad a pesar de estar vinculados a proceso por la comisión de algún ilícito.
Ahora resulta que las facultades del Ejército y la Guardia Nacional, van más allá de las funciones del Poder Judicial, lo que representa una invasión de poderes y funciones jurisdiccionales, situación por demás peligrosa, llena de autoritarismo y planeación de militarizar a un gobierno en todas sus instancias y órganos de poder, lo que nos lleva a la hipótesis de que el sistema democrático está despareciendo, las instituciones y estructuras del Gobierno tradicional están quebrantándose, para tener un sistema basado en las Fuerzas Armadas, como si se tratara de un sistema totalitario, impositivo y carente de razón fundada en el derecho.
Vemos por otro lado que los medios de defensa ante esos actos de autoridad, contenidos en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, se ven nulificados por simples mandatos unipersonales y la Suprema Corte de Justicia de la Nación se doblega sin recato, omitiendo el cumplimiento de sus obligaciones naturales para proteger a los simples peticionarios de amparo.
Maestro Martín Miranda Brito
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