En la “Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes”, de aplicación Federal podemos advertir una gran gama de derechos humanos y fundamentales que emanan de la Carta Magna y de los Tratados Internacionales, de los que México es parte, en la que podemos encontrar un sinnúmero de descripciones e hipótesis de aquellos que van encaminados o dirigidos a los menores.
En dicha norma se encuentran las disposiciones necesarias para que los niños, niñas y adolescentes de nuestro País, sean tratados dignamente, incluyendo todo lo relacionado con la salud y la forma de procurar y proporcionar los elementos necesarios, suficientes y eficientes para lograrlo.
Tal y como lo prevé el precepto 50 de la referida Ley que prevé en su fracción I, que, dentro de las obligaciones del Estado a través de las autoridades relacionadas con la salud, deben coordinarse para “Reducir la morbilidad y mortalidad”.
De lo antes referido podemos advertir que las autoridades competentes para ello, deben implementar y cuidar todo aquello que pueda perjudicar la salud de los menores, es decir, que se debe procurar un sano desarrollo, ante esto, han surgido diversas opiniones que actualmente han hecho eco en diversos Estados de la República como Tabasco, Oaxaca, Quintana Roo y la Ciudad de México, en donde un Diputado, presentó al Congreso Local una iniciativa de reforma a dicha Ley, para prohibir la venta y distribución de productos chatarra.
Lo que va encaminado a modificar la Ley de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes que solicita tipificar como un delito contra la salud, el hecho de que cualquier persona, excepto los papás de los menores, provea, entregue, venda o done a los menores de edad, alimentos nocivos para la salud de los niños.
Iniciativa que por naturaleza es benéfica para los menores, pero tendremos surgen diversas interrogantes como es la denominación de -delito-, a esa conducta relacionada o consistente en vender, distribuir, dar, donar o entregar a cualquier infante, algún producto considerado como chatarra, puesto que, nos coloca en una generalidad de conductas.
Hecho que, al considerarlo como delito, debe incluirse en la norma penale, tanto en el Código Penal como en aquellas hipótesis contenidas en normas especiales, como es el caso de la Ley de Salud de cada entidad Federativa, en consecuencia, estaremos ante una conducta sancionada penalmente, que puede ser mediante una condena privativa de libertad u otra medida preventiva alterna, con ello, podemos estar ante una propuesta equivocada.
Sancionar como delito el hecho de producir, vender o distribuir y dar a los menores tales productos, podemos caer en otra violación a las normas fundamentales como es el derecho y libertad de comercio, puesto que se aplicaría una sanción penal como si quien lo realizara sea un delincuente común, por lo que, considero que no es la solución para evitar que los infantes consuman productos dañinos.
Nuestro sistema de prevención y seguridad, al paso del tiempo ha dado mucho que desear, en cuanto a su aplicación y eficacia, por mucho rebasados por las conductas delincuenciales, como es el caso del narcomenudeo, que se da de manera constante en las cercanías de las escuelas, hoy se pretende agregar la posibilidad de perseguir como delincuentes a los vendedores de las golosinas que a los menores les encanta, por lo que estaríamos ante un retroceso en de dicha perspectiva.
Desde otra óptica, podemos visualizar la consecuencia negativa, que es la oportunidad que tendrían los elementos de policía que acostumbran aprovecharse de la implementación de normas prohibitivas para buscar la extorsión a quien se encuentre a su paso, que de una u otra forma se colocan en esos supuestos, por lo que, quienes se dedican a la venta de los productos antes destacados, ahora podrían ser extorsionados.
Considero que, se debe educar y proporcionar a los sistemas de salud para que los padres, tutores y los menores, aprendan a distinguir lo que es bueno o no para la salud de los menores, pero no atacar con amenazas de imposición de sanciones excesivas que lo único que propiciarían son las ventas informales y clandestinas creando mercado negro de algo que la humanidad ha aceptado y practicado de forma cotidiana.
Licenciada Noraima Araceli Sanchez Santos
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