Es muy importante diferenciar la fe, el fanatismo y la prioridad en la salud.
Como sabemos, hace algunos días un sacerdote de la Diócesis de Ciudad Victoria, Tamaulipas, dio un sermón durante la misa dominical del pasado 14 de febrero en la que dirigió unas polémicas declaraciones sobre el uso del cubre bocas durante la pandemia de COVID-19, la misa oficiada en la Catedral del Sagrado Corazón de Jesús y fue emitida en línea por la cuenta de Facebook de la Diócesis de dicha Ciudad.
Durante la ceremonia religiosa habló de la crisis sanitaria, a lo que exclamó literalmente “Vamos a pedirle a Dios que esto ya pase, deseo fuertemente pronto poder verlos a ustedes sin esa cosa que traen en su cara, lo deseo fuertemente. Yo sé que eso es necesario, lo sé, pero perdónenme lo que voy a decir. Si dice el dicho, ‘Ayúdate que yo te ayudaré’ y me queda muy claro, pero para mí, a nivel personal, el famoso cubre bocas es no confiar en Dios”.
Como en México, en muchos otros países líderes religiosos han fallecido a causa del covid, tras haber acudido algún evento masivo, en Perú y Colombia sorprendieron a pastores reunidos con fieles pese al confinamiento, en Brasil o Estados Unidos, muchos evangélicos relativizan la amenaza del covid-19.
Como sabemos la religión ha unido a la gente que la profesa, sobre todo en estos tiempos tan difíciles que lo mas importante es contar con la vida y no queda de otra que acudir a la fe, por eso es muy importante que un representante de la religión no incite a realizar lo contrario y ponga en riego la vida de sus feligreses incluso la propia.
El obispo tamaulipeco se sinceró y manifestó que no usa la mascarilla o cubre boca por que tiene toda la fe en Dios, eso esta bien, lo que no es correcto es incitar a realizar lo contrario, porque muchas personas podrían darle otra interpretación a su comentario, en consecuencia, no utilizarían la mascarilla por tener fe en Dios, entonces dónde dejamos las indicaciones de las autoridades sanitarias de todo el mundo que desde que inició la pandemia han venido recomendando evitar los contactos innecesarios que puedan provocar un contagio por COVID-19.
A raíz de estas medidas, las comunidades religiosas de todo el mundo están modificando responsablemente sus prácticas de observancia, trasladando las reuniones de la comunidad a Internet y rezando por la mejora de la situación.
Pese a que dicho sacerdote manifestó que con su comentario no le está diciendo a sus feligreses que no usen el cubre bocas, de manera indirecta sí lo está haciendo, puesto que, él como representante de la iglesia lanzó una expresión a la que muchos harán caso por ser una persona en quien confían y que si el lo hace entonces es correcto dicho acto, por lo tanto, la fe se traslada a una imitación aparentemente correcta en estos tiempos.
Por tanto, sus declaraciones son contradictorias, puesto que, al mismo tiempo dijo que estaba consiente que podría enfermar, a sabiendas de que debe utilizarlo por ser una de las medidas de higiene y protección indicadas por las autoridades sanitarias, entonces no debe incitar a que las personas que creen en el lo imiten.
Por ejemplo, La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha repetido en varias ocasiones que se reduce el riesgo de contagio cuando una persona, que puede ser asintomática usa el cubre boca, ya que hay menos dispersión de microgotas al momento de hablar o respirar con el cubrebocas puesto; por tanto, si otra persona usa su mascarilla y pasa a menos de un metro y medio de un asintomático, el riesgo de contagio es baja, por otro lado hace cinco días, las autoridades de Salud de Estados Unidos confirmaron que el uso de dos cubrebocas (uno de tela encima de uno quirúrgico) puede reducir el riesgo de contagio hasta en 96.5 por ciento, siempre y cuando dos personas que tengan contacto usen tapabocas.
Como podemos ver, en todo el mundo se está solicitando se use el cubre boca como una de la mediadas importantes para evitar el contagio, en consecuencia una persona con dicha (investidura) y con gran influencia en la religión debe convalidar el uso de la mascarilla e incluso pregonar con el ejemplo, para que quienes aun no crean en la enfermedad lo usen por lo menos por imitación o por “fe” se protejan, y así no esté en riego su vida y la de los que podemos coincidir en elgún momento con ellos si es que se ecuentran contagiados.
“Ninguna religión vale una gota de sangre, asi que actuemos con responsabilidad”
Licenciada Noraima Araceli Sánchez Santos
twitter: @NoraimaSanchezs
Esos líderes religiosos, fomentan a sus borregos la irresponsabilidad y el egoísmo con su ejemplo, al no acatar las medidas de las autoridades sanitarias., lo cual debería de imponerse una sanción para todo aquel que no lo cumpla.
Egoísmo e irresponsabilidad.