VIOLENCIA V.S. VIOLENCIA

Es del dominio público y explorado derecho que los acontecimientos derivados de las marchas y protestas públicas, causan daños a los bienes y a las personas, llegando a la comisión de delitos, sin que sean sancionados por las autoridades encargadas de la investigación y en su caso judicialización, pero nos hemos preguntado ¿qué tan legítimo es?.

Pues hagamos memoria, en esta nuestra gran Ciudad de México, a lo largo de la historia política hemos visto actos de protesta en contra del gobierno o de sus determinaciones, viene a mi mente el movimiento del -68-, aquella serie de protestas públicas y manifestaciones realizadas por una gran masa formada esencialmente por estudiantes universitarios, aunque había personajes de otros estratos sociales y políticos, que culminó con una represión y masacre de jóvenes, lo que dio inicio a otra cascada de motivos para seguir manifestando ideas, lo que se consideraría como una apertura de respeto a los derechos de las personas para expresar sus ideas y reclamar la aplicación cabal de leyes.

El caso es que desde aquellas épocas, se han visualizado las violaciones a las garantías individuales, lo que hoy se conoce como -derechos fundamentales y derechos humanos-, que a nivel mundial se han reconocido como un derecho natural que el Estado debe respetar y promover su respeto.

Con motivo de determinados acontecimientos históricos, se conmemoran o recuerdan víctimas de algún acto de gobierno, incluso cuando se promulga una ley o se aprueba una reforma, aparecen grupos de protesta, que muy seguramente patrocinados por algún ala radical de un partido político o sector de gobierno, buscan hacerse notar y expresar su oposición, pero el caso es que cada día se ve más violencia y radicalismo en ese tipo de manifestaciones.

En los últimos años hemos presenciado concentraciones masivas de personas que enarbolando banderas de justicia, salen a las calles a expresar su enojo social y a destruir cuánto se les ponga enfrente o buscando determinados inmuebles o monumentos públicos, para ser atacados de manera directa con saña inaudita.

Sabemos que las corrientes políticas de nuestro País están plenamente identificadas y buscan contrapeso para quitar o disminuir poder a determinadas corrientes del gobierno en turno, es por ello que se valen de determinados grupos, susceptibles de manejo e inducción para que salgan a las calles a protestar y manifestarse en mítines, gritando consignas previamente elaboradas para vocear la postura de -no aceptación de las acciones a las que se oponen-.

Así con esos pretextos y falsas justificaciones, vandalizan, destruyen, lesionan, injurian en nombre de una petición de justicia, pero no son más que un puñado de personas que se filtran en los grupos legítimos de manifestantes con causa justa, sin embargo esos actos llevan generalmente una intención desestabilizadora para provocar el encono social, políticamente todo esto tiene fondos y trasfondos encaminados a sustentar estrategias en la lucha de poder.

A todo esto, podemos darle las interpretaciones jurídicas, puesto que existe comisión de delitos al amparo de protestas legítimas, pero en ello se violan los derechos de terceros que nada tienen que ver con el origen de sus quejas, que a pesar de provenir de hechos lesivos para las víctimas, la forma de protesta va más allá de la manera lícita de pedir.

Todo ciudadano tiene posibilidades de alzar la mano en protesta por  cualquier acto de gobierno violatorio de los derechos humanos, pero ¿hasta dónde se debe permitir la violencia? No por invocar un derecho por perjuicios sufridos, está legitimada la comisión de actos dolosos y perniciosos para otras personas, eso es contrario al derecho y como bien lo señala la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en su artículo 17, que a la letra dice:

“Ninguna persona podrá hacerse justicia por sí misma, ni ejercer violencia para reclamar su derecho. Toda persona tiene derecho a que se le administre justicia por tribunales que estarán expeditos para impartirla en los plazos y términos que fijen las leyes, emitiendo sus resoluciones de manera pronta, completa e imparcial. Su servicio será gratuito, quedando, en consecuencia, prohibidas las costas judiciales…”

Esto significa que por más legítimas que parezcan las reclamaciones y exigencia de cumplimiento de funciones de las autoridades, nadie podrá hacer justicia por propia mano y mucho menos causar daños a través de la violencia ejercida en contra de funcionarios y particulares, como es el caso de aquellos elementos de policía que son mandados a contener a los grupos beligerantes, sin elemento alguno de defensa, para ejercer ese mandato, solo van a poner el cuerpo como muro de contención y expuestos a sufrir lesiones, vejaciones y malos tratos.

Sin desdeñar las causas del enojo y reclamo de respeto y justicia, consideremos el hecho de que las leyes de nuestro País tienen plena y objetivamente señalados los procedimientos para procesar y en su caso castigar a aquellos que cometen un delito, incluso se ha dado intervención a las víctimas para que hagan valer sus derechos, sin embargo, invocando a través de distintos lemas -de que las autoridades administrativas y judiciales no hacen bien si su trabajo-, se toman el pretexto de hacerse notar a base de violencia, ¡no señor, eso no debe de ocurrir!

Con la política actual de -NO REPRESIÓN-, se ha permitido el exceso de violencia ejercida por los grupos de choque que se han colado en las manifestaciones públicas, causando destrozos y daños materiales a los comercios, inmuebles, personas, instituciones, sin que nadie pueda impedirlo, puesto que al primer intento de contención, esas personas movidas por la ira y el encono, argumentan represión policiaca.

En las pasadas manifestaciones realizadas el día 8 de marzo, con motivo de la conmemoración del -día de la mujer-, se presentaron diversos incidentes ya conocidos por la difusión en los medios de comunicación, en los que se aprecia la preparación dolosa que traían algunas manifestantes y en esta ocasión ayudadas por integrantes del sexo masculino, que nada tenían que hacer ahí, el caso es, que mostraron todo tipo de artefactos diseñados para causar daños materiales y caos en el lugar.

Llama la atención el hecho de que en la realización de esos actos de aparente protesta y manifestación, hubo agresiones directas en contra de los elementos policiacos, principalmente del grupo femenil de la Secretaría de Seguridad Ciudadana, a quienes les prendieron fuego con intención dolosa de incendiarlas, sin que haya posibilidades de contenerlas, argumentando posteriormente a través de alguna de sus dirigentes y organizadoras que fue entrevistada por un medio de comunicación, ante lo que dijo a manera de justificación, “… que los elementos policiacos que estaban en la retaguardia de las vallas, les dijeron -pendejas-, entre otros insultos…” ¡por Dios, que gran motivo para enardecer los ánimos y tratar de linchar a la policía!

A todo esto, solo podemos reflexionar preguntándonos ¿hasta cuándo se seguirá permitiendo que la -justicia se exija ejerciendo violencia-?

3 respuestas a “VIOLENCIA V.S. VIOLENCIA”

  1. Hola Martín, concuerdo con tu planteamiento y punto de vista. Es un ejemplo más de la supremacía del poder político de las multitudes, que no necesariamente defienden la causa por la que pugnan, por sobre el derecho y las garantías individuales. En esta administración, la impunidad tiene libre el camino, pero atenta contra el estado de derecho

  2. Excelente tema y su desarrollo Lic. Martín, felicidades!!
    Da tristeza que personas a las que les falta valor para ejercer sus derechos de manera correcta y legal, se escondan detrás de una máscara para sacar su verdadera esencia, carente de valores y de principios. Por que puede ser que sea justa su petición, pero son las manifestaciones el medio correcto para hacerse escuchar? Me pregunto si conocen la palabra diálogo? Y también si saben que sus derechos terminan donde empiezan los de su prójimo?
    Habrían de ver que les sucedería si esto lo hicieran en Francia, Rusia, o Estados Unidos en donde desde 1854 está prohibido el uso de máscaras y las manifestaciones están reguladas.
    Hay tarea para nuestros gobernantes y legisladores.
    Saludos

  3. 🤝 👏👏 Buen tema , es lamentable se cubran el rostro para esconderse de tal manera para cometer desmanes y atrocidades.
    …y las autoridades…???

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