“EL NÚMERO 46”

El pasado 20 de enero de 2021, tomó protesta el presidente de los Estados Unidos de Norte América, Joe Biden correspondiéndole el numero 46 en su administración, quien firmó una serie de órdenes ejecutivas respecto de la política migratoria, mismas que en su momento fueron implementadas por el ex presidente de dicha Unión Americana, entre otras fue cancelar de inmediato la continuidad de la construcción del muro entre México y Estados Unidos, lo que en apariencia será un mayor entendimiento y acercamiento con nuestro país.

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“ACCESO A LA JUSTICIA – DERECHO HUMANO”

Hoy en día nos encontramos ante un cambio radical respecto del acceso a la justicia, considerado como un derecho humano, al que todo ciudadano puede acceder para que se le administre de manera imparcial, pronta, expedita y gratuita; elementos esenciales para procurar el Estado de derecho y lograr que la justicia se administre sin discriminación, por ello, es preciso adoptar todas las medidas necesarias, transparentes, eficaces, no discriminatorios y responsables, que permitan promoverlo.

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DÍA DEL ABOGADO

El 12 de julio es el día del abogado y porqué no festejarlo haciendo remembranza a la trayectoria de María Asunción Sandoval de Zarco quien se convirtió en la primer abogada en México.

En nuestro País, la abogacía era considerada una carrera exclusivamente para hombres pese a que la Ley Barreda de 1867 eliminó los impedimentos jurídicos para que las mujeres pudieran matricularse a la formación jurídica, María Asunción Sandoval Zarco, fue la primer mujer mexicana abogada, quien en 1898 se tituló en la Escuela Nacional de Jurisprudencia, pionera como profesionista y precursora del movimiento feminista del país.

Cuando cursó la preparatoria era huérfana de madre, vivía en una situación económica precaria, se casó con un señor de apellidado Zarco y ejerció la abogacía estando casada, en un país de más de doce millones de personas en aquél entonces, de las cuales como siete millones eran mujeres, no había más que una abogada, la que se convirtió en de Zarco, rarísimo caso de ejercer su profesión de abogada sin dejar de llevar cumplidamente sus deberes de hija y esposa.

La licenciada Sandoval fue un icono de la mujer mexicana en la historia de la educación superior, transcurridos 140 años de la fundación de la Escuela Nacional Preparatoria (ENP), en los ochenta del siglo XIX, se tuvieron las primeras noticias de las alumnas que ingresaron a dicho plantel; de acuerdo con las leyes de instrucción pública de 1867 y 1869, no había impedimentos expresos para que las jóvenes mexicanas pudieran matricularse en la ENP.

Una vez terminados los estudios preparatorios pudo ingresar a la Escuela Nacional de Jurisprudencia (ENJ), siendo la primera mujer en la historia de México en hacerlo, cuando la joven Sandoval ingresó a la ENJ, aún estaba ubicada en el ex Convento de la Encarnación y no fue sino hasta el 15 de marzo de 1908 que se inauguró el edificio que ocupó durante mucho tiempo, en las calles de Santa Catalina y San Ildefonso, hasta la construcción de la actual Facultad de Derecho en Ciudad Universitaria.

Sobre la historia de la Facultad de Derecho, durante el periodo en que María Asunción cursó la carrera de abogado (1892-1898), en aquel entonces la profesora Dolores Correa Zapata, criticó en una entrevista a los profesores que demostraban “su pena por tener que consentir en un absurdo: “el de enseñar derecho a una mujer”; Así también exaltaba, en honor de la época, “la actitud de los jóvenes condiscípulos de la señorita Sandoval, al no mostrar rechazo hacia ella”.

Esa situación propiciaría una atmósfera de equilibrio durante el tiempo en que cursó sus estudios jurídicos en la ENJ, los cuales, conforme a la ley expedida en 1867, comprendían 6 años (aunque la ley de 1907 redujo esa licenciatura a 5 años, reforma que aún se mantiene vigente).

Para obtener el título de abogado era necesario, aprobar los estudios preparatorios, así como los instituidos por la ENJ, que se requerían para el primer año: “derecho natural y primer curso de derecho romano; para el segundo año, segundo curso de derecho romano y primero de derecho patrio, para el tercer año, segundo curso de derecho patrio y derecho eclesiástico, para el cuarto año, derecho constitucional, administrativo, internacional y marítimo; para el quinto año, procedimientos civiles, principios de legislación, primer año en una academia teórico-práctica de derecho y práctica en el estudio de un abogado o en un juzgado civil, para el sexto año, procedimientos criminales, legislación comparada, segundo año en la academia teórico-práctica con un abogado o juez civil, y seis meses de práctica en un juzgado criminal”; de lo que se puede ver nada fácil verdad?, puesto que se requería dedicación, inteligencia y sobre todo ir contra la corriente social y moral.

Gran mujer que se convirtió en la primera abogada de la que se tenga conocimiento en la historia de nuestro país, quien se tituló con la tesis “Derechos del hombre como base de la unidad de legislación en el derecho civil”, cuya defensa atrajo el interés de los medios de comunicación que hacía hincapié es su corta edad de aproximadamente 22 años, agradable presencia y el acierto y precisión de sus respuestas que comprobaban sus profundos conocimientos del Derecho.

Su tesis fue descrita por algunos abogados asistentes al acto, como una verdadera pieza jurídica y un reflejo de los conocimientos adquiridos durante sus prácticas estudiantiles, en las que destacaba un juicio en el que María Sandoval había logrado demostrar la inocencia de una mujer acusada de asesinato.

Mujer que como podemos ver, en su trayectoria dedicó tiempo y esfuerzo para conseguir ser un ícono en el derecho hoy en día, proyectando respeto, humildad y sobre todo valores, principios con los que logró abrirnos el camino a las mujeres que con gran orgullo estudiamos dicha carrera tan noble y de gran labor, esquivando todo tipo de obstáculos y prejuicios.

Las mujeres hemos salido para educarnos en todos los ámbitos y aunque a veces parezca que la piedra no se mueve, no hay espacio ni voluntad, para dar ningún paso atrás.

Licenciada Noraima Araceli Sánchez Santos

email: noraima@mirandayasociados.com

twitter: @NoraimaSanche12

COVID-19 Y DECISIONES EXTREMAS

Hoy en día la preocupación general es proteger la salud ante la pandemia causada por el COVID-19, lo que me lleva a reflexionar en las consecuencias graves e irremediables, las que actualmente estamos padeciendo conforme avanzan las fases decretadas por la Organización Mundial de la Salud así como por las autoridades sanitarias de cada País, debido al desborde del contagio que pudiera desencadenar en miles de decesos no controlados y culminar con la decisión sobre la vida de un ser humano.

Derivado de la aparición del coronavirus, el mundo está colapsando en muchos aspectos, principalmente en la salud de la población y sus consecuencias económicas, vivimos una gran incertidumbre por no saber cuál será la consecuencia de lo que sucede y qué pasará, si nos enfermamos o si estamos ante una circunstancia de gravedad tal que nos pueda provocar la muerte, pero en el caso de que llegue el momento que por circunstancias de necesidad, se tenga que tomar la decisión por parte del sector salud, dependiente del Gobierno para desconectar o retirar los respiradores a los enfermos terminales y darse abasto con la atención de otros infectados, incluso sin que medie autorización por parte de la familia cercana.

Ahora bien, para esclarecer una de las tantas interrogantes que pueden surgir ante una toma de decisión por de más delicada y sobre todo impositiva por parte de las autoridades sanitarias, encontramos una figura jurídica no contemplada en la legislación de nuestro País, como es la eutanasia, aplicada a un paciente contagiado y de gravedad tal que no se le dé pronóstico de vida, derivado de la emergencia sanitaria la que podría salirse de control, esto es, al no existir espacio disponible en hospitales o lugares habilitados para atender al número de personas que por desgracia hayan sido infectadas y su situación sea crítica, por lo que, ya no existe posibilidad alguna de salvarle la vida. 

La eutanasia o muerte asistida, es el acto por parte del médico, para acelerar la muerte de un paciente desahuciado, con o sin su consentimiento (como es el caso del coma, entre otros ejemplos), con la intención de evitar sufrimiento y dolor prolongado, facilitando una muerte digna.

Dicha intervención acelera el proceso de fallecimiento de una persona en estado crítico y sin posibilidad de mejoría, este procedimiento médico se considera en algunos países como un derecho fundamental (el derecho a morir dignamente). Sin embargo, en algunos países es considerado como un delito y en otros como Bélgica, Holanda, Suiza, Luxemburgo y Colombia, así como algunos Estados de la Unión Americana si la admiten la eutanasia.

En nuestro país no está permitida la eutanasia, sin embargo existen legislaciones locales, como es el caso de la Constitución de la Ciudad de México, en la que se prevé en su artículo 6, que a la letra dice: “….. A. Derecho a la autodeterminación personal. 1. Toda persona tiene derecho a la autodeterminación y al libre desarrollo de una personalidad. 2. Este derecho humano fundamental deberá posibilitar que todas las personas puedan ejercer plenamente sus capacidades para vivir con dignidad. La vida digna contiene implícitamente el derecho a una muerte digna…”; para lo cual existe una ley secundaria denominada “Ley de voluntad anticipada”, que regula las hipótesis, formas y procedimientos para que una persona decida en vida y en plenitud de facultades, para el caso de encontrarse en una situación de enfermedad irreversible y asistida, se dejen de suministrar los procedimientos médicos para prolongar su vida, lo que es diferente a una ejecución de eutanasia, como mencioné antes.

Como vemos, es un tema muy controversial y delicado, en nuestro País este acto no se encuentra contemplado en la Carta Magna, pero debido a la emergencia sanitaria que nos aqueja, nos podríamos colocar en una situación en la que se podría llegar a la necesidad de un decreto que ordene la aplicación en últimas fases de contingencia sanitaria, que obliguen a las autoridades de salud a decidir respecto de quienes dejen de recibir el suministro de aparatos necesarios o medicamentos para prolongar la vida, un ejemplo de ello es Italia, en donde han habido miles de decesos, por lo tanto, si no estamos preparados y no tenemos manera para el abasto de insumos y afrontar dicha pandemia, que esperemos no sea el caso, ¿existiría la posibilidad de ejercer la figura equiparada a la eutanasia en personas que se encuentren en estado crítico?.

Si se diera dicha hipótesis, considero correspondería al Gobierno Federal determinar en qué fase llevaría a cabo dicho acto y ejecutarlo a través de las autoridades sanitarias correspondientes, así como de los médicos capacitados para ello, esto con el objetivo de facilitar el deceso a un ser humano e impedirle el sufrimiento prolongado, asimismo el de sus familiares, puesto que, de ser así, es porque no habría manera de preservar la vida; sin soslayar que, ante esa toma de decisión sería ponderando en todo momento que es debido a una emergencia sanitaria, decretada y avalada por nuestro Gobierno, fundamentalmente en nuestra Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos en la que prevalecen nuestros derechos fundamentales.

Finalmente cada ser humano es libre ante dicha toma de decisión y desde luego elegir el destino del cuerpo y la vida, esto incluiría el derecho a terminarla en circunstancias extremas, lo sé, pero no perdamos de vista lo que hoy estamos viviendo y los factores que podrían intervenir y llegar a suceder, en donde ya no permiten el acceso a la persona contagiada, si se sobrepasa el número de pacientes que se encuentran aislados, no hay espacio, necesitan atender a más enfermos y lo único que existe es, decidir por ellos, es cruel pero tal vez sea una de las pocas salidas para seguir afrontando la pandemia.

Licenciada Noraima Araceli Sánchez Santos.

email: norsan_43@hotmail.com

twitter: @NoraimaSanche12

CARRERA CONTRA LA MUERTE

Desde que nacemos, luchamos por vivir y sobrevivir ante cualquier adversidad que se nos presenta en la vida diaria, a partir del momento en que somos concebidos, iniciamos ese trayecto hacia el indeseable acontecimiento –la muerte-, hablar de la vida sin hablar de muerte no tiene sentido.

Nos podemos hacer un sin número de interrogantes y ninguna respuesta será la adecuada para cada caso en particular, pero se puede decir que, la vida está llena de sentimientos, emociones, lazos afectivos, experiencias y vivencias que hacen que resulte lógico que uno se prepare más para disfrutar de la existencia que hacer proyectos para un deceso. 

Hoy en día, la humanidad está luchando contra una enfermedad que nos sorprendió de momento y que paralizó al mundo entero, terminando con la vida de todo tipo de ser humano sin importar edad, raza, sexo o condición social, la intensidad de esa lucha es monumental, el afán de salvar todas las vidas posibles, aún las más frágiles y en su etapa final.

Se está luchando día con día, con el objetivo de la supervivencia en éste mundo terrenal, la lucha contra este virus mortal y cualquier padecimiento que la civilización humana está enfrentando, convirtiéndose en una rebelión contra la muerte, haciendo hasta lo imposible por no ser alcanzado por este suceso que nadie quiere.

La salud pública y la medicina sólo son una pequeña parte del gran esfuerzo que está realizando el ser humano por mantenerse con vida, la muerte en la actualidad ha sido tema de cada día, incluso ya se manejan por cifras, colores de semáforos y economía, solo existe un pensamiento -no quiero morir- aún me faltan cosas por hacer y seguir con determinados proyectos que no culmino. 

Hablar de la muerte y sus circunstancias se ha convertido en un tema de tabú y para muchos de nosotros admitir que la vida es limitada, que nos produce una horrible sensación de vacío; nos cuesta reconocer qué parte del proceso de crecer, es aprender a convivir con ella: “nacimos para morir”. 

El sentido de la muerte se encuentra en la vida misma, en cuanto sabemos que podemos morir, dirigimos nuestros esfuerzos para vivir intensamente, el morir nos enseña a amar, querer, recordar, perdonar, analizar de manera retrospectiva que se pudo haber mejorado.

La muerte es un espejo en el cual contemplamos nuestra vida entera, la historia personal se perfila hacia un proyecto común de todo ser humano, de los que están y los que vendrán, el dialogo del espíritu con el corazón, resuelven su acuerdo de vida en un instante, se adquiere energía para la acción y el espíritu.

Entender esto, significa aceptar que la vida misma no es más que un periodo pequeño de nuestra existencia en este mundo, al que llegamos para ser prestados y luchar contra toda adversidad que se nos presente. 

La vida cobra sentido en cuanto se revela como un tránsito, morir es cambiar de estado y el bien morir puede ser entendido en términos de desprenderse finalmente de todo lo material que nos confina a este mundo, para facilitarnos el paso a la eternidad, es estar dispuesto con humildad a despedirse de la vida, entregar la existencia que nos fue dada, sin rencores ni arrepentimientos, sin culpa y sin dolor, si, es difícil comprender y mucho más aceptarlo. 

Morir es parte de la vida, de la forma que sea, la pérdida de seres queridos y el duelo es una experiencia humana social y culturalmente construida.

La respuesta a la muerte y la pérdida reflejan un símbolo que da significado a los síntomas de separación que se experimentan, así como a los cambios de la identidad personal y colectiva que acompañan a la muerte, por otro lado los ritos son algo más que una demostración de respeto y afecto a la memoria del ser que se fue y refuerzan el significado de compartir el dolor con la comunidad, son una expresión de dolor que reclama comprensión social.

Cada día hay una razón para luchar contra este fenómeno doloroso y que no queremos que llegue algún día, sin embargo, sabemos que llegará, ¿cuándo? No lo sabemos, por eso hay que tratar de estar bien consigo mismo y disfrutar de la vida, el ayer ya pasó, el hoy es certero y el futuro no lo sabemos.

Noraima Araceli Sánchez Santos.

email: norsan_43@hotmail.com

twitter: @NoraimaSanche12