Emparedada, estrangulada, quemada, acuchillada, violada, vejada, golpeada… sí, son algunos de los actos violentos y repugnantes que comenten los agresores, para terminar con la vida de las mujeres que han seleccionado como sus víctimas y en muchas ocasiones podrían estar muy cerca de ellos como son parejas, ex parejas, novias, hijas, cuñadas, suegras, etc.
El feminicidio y la violencia contra la mujer, en general son fenómenos que han venido aquejando a la humanidad desde hace muchos años y que lamentablemente desde hace tiempo fue silenciado y en ocasiones soslayado tanto por la sociedad como por las autoridades competentes.
No olvidemos que recientemente se realizaron diversas manifestaciones por grupos feministas, como consecuencia de la aparente pasividad de las autoridades ante la creciente ola de agresiones a la mujer, en nuestro país y en el mundo se implementó un día sin mujeres, el 9 de marzo del 2020 en conmemoración al día de la mujer, reacción repulsiva de la sociedad hacia esos decesos, agresiones y la saña con la que han sido asesinadas, indignación, coraje e impotencia respecto de dichos actos dolosos cometidos por personas fuera de toda cabalidad.
Tema sumamente delicado, el saber que México es uno de los países en donde suceden más casos de feminicidio y aunque muchos pensemos que este acto cobarde sucede en otros estados o en lugares fuera de las grandes ciudades, lo que es erróneo, ya que día a día esto ocurre en cualquier parte del mundo y desafortunadamente en nuestro país es donde se aprecia un gran vacío respecto a la investigación de dichos sucesos.
Es indignante saber que en México el feminicidio no se investiga a conciencia a menos que el llamado “cuarto poder” se dé a la tarea de dicha investigación y publicación, por ende sale a la luz pública y las autoridades al verse evidenciadas comienzan la indagación correspondiente, no obstante, algunas voces tratan de hacer visibles a las mujeres destacando ciertos factores como, “quiénes son, el vacío que dejaron, los sentimientos que muchas familias enfrentan”, tratando de confrontar a las autoridades que poco hacen para dar respuesta a las víctimas directas o indirectas, ya que se muestran indolentes y no muestran el interés por solucionar los crímenes.
Para comprender este fenómeno debemos establecer en qué consiste desde el ámbito jurídico, es un tipo penal autónomo en relación con el delito de homicidio, si bien es cierto, la vida es el bien jurídico tutelado por la norma que prevé que el sujeto pasivo siempre será una mujer y su comisión se realiza por razones de género con independencia del sentimiento que pueda tener el sujeto activo (odio, desprecio, o algún otro), pero que en todo caso, se traduce en violencia de género, que puede manifestarse mediante conductas de abuso de poder del hombre sobre la víctima, ya sea ejerciendo violencia sexual contra ella, causándole diversas lesiones infamantes, degradantes o mutilaciones o habiéndola incomunicado previamente para privarla de la vida o en cualquiera de los otros supuestos destacados por la norma penal.
La diferencia con el homicidio, figura jurídica prevista y sancionada también en el código penal, que consiste en privar de la vida a una persona, empero sin la clasificación especial de que sea mujer además de obedecer a las razones de género, por ello no podemos encajar al feminicidio dentro de esta definición.
Asimismo dada su naturaleza, sólo puede realizarse de manera dolosa, porque la exigencia de que la privación de la vida de la mujer sea por razones de género, encierra la idea de que el sujeto activo actúa con conocimiento de esa circunstancia y lo hace por odio o desprecio hacia el género femenino, lo que sólo puede concretarse de manera intencional.
Las mujeres víctimas de feminicidio han sido objeto de actos crueles y degradantes para ser asesinadas; De ahí que, los familiares de las víctimas y personas afectadas colateralmente por dicho delito han optado por ejercer presión política y mediática a través de las manifestaciones que no siempre son las más adecuadas y la difusión de los hechos en los medios de comunicación.
La violencia contra las mujeres tiene su origen en el seno familiar, social, político; Por ello, si no se corrige desde esta perspectiva, no se conseguirá erradicarla, ni siquiera evitarla, por ello es obvio que, pese a los grandes avances en la obtención de derechos por parte de las mujeres y muchos de ellos gracias a la lucha desarrollada por el movimiento feminista a lo largo de estos últimos años, en el fondo no hemos conseguido la igualdad.
En tiempos de profunda crisis económica y de valores como la que estamos viviendo en la actualidad, parece que el principio de igualdad, se está diluyendo sigilosamente, provocando de ese modo un vacío en la sociedad que puede aceptar el feminicidio vil, de cientos de mujeres cada año y que mientras tanto nuestros gobernantes no hagan nada desde las estructuras del Estado y de las comunidades autónomas para evitarlo y erradicarlo.
En tanto, considero urgente visualizar, denunciar, investigar y sobre todo prevenir el feminicidio, por lo que para iniciar este camino debemos estar conscientes de que no es que las alertas de violencia de género fallen, más bien somos nosotros como sociedad que en conjunto con las autoridades competentes y capacitadas, se debe emprender el movimiento a favor de las mujeres y así conseguir las herramientas necesarias para plantarle cara a este sistema destructivo.
Licenciada Noraima Araceli Sánchez Santos
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